Y como en tantos otros sitios del mundo, el emblema de la ciudad es una figura que resulta demasiado pequeña si se tienen grandes expectativas. Como sucede en Copenhagen con la Sirenita, por ejemplo, el Maneken Pis, es una figura muy pequeñita puesta en una esquina, en una fuente, y de origen incierto. Dicen que un hombre muy rico de la ciudad perdió a su hijo y lo estuvo buscando durante horas hasta que lo encontró, tranquilamente, en una esquina haciendo lo que hace la estatuilla. Es sólo una leyenda.
El caso es que es tan popular, que un bar cercano al Manneken Pis decidió hacer la versión en niña: Jenneken Pis.
El caso es que es tan popular, que un bar cercano al Manneken Pis decidió hacer la versión en niña: Jenneken Pis.
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