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segunda-feira, 15 de agosto de 2011

Can Mauri

Todavía quedan masías preciosas alrededor de Sabadell. Hoy, casi todas son restaurantes y lugares de celebración de banquetes, pero son una muestra arquitectónica viva de lo que fue esta ciudad.

Fiestuki

A un año de la última fiesta para celebrar la inauguración del piso, otra fiesta para celebrar el inicio de una nueva vida profesional.

La nit de Montjuïc



Riga
















Como nos gustó eso de ver una ciudad de rebote sin costes adicionales (volviendo de China y Corea vimos Doha gracias a la conexión de Qatar Airways), repetimos sin haberlo planeado. Paramos un día en Riga, la capital de Letonia y la ciudad más poblada de los países Bálticos.
Al más puro estilo centro-norteuropeo, su arquitectura y distribución parece de cuento. Todo está bien cuidado y resulta de lo más hechicero.
Nunca habíamos estado en un país báltico y nos recordó por un lado a los países escandinavos y por otro a centroeuropa.
Eso sí, la temperatura ya baja en picado...

Odisea para volver a BCN


No es tarea fácil volver de Kazajistán a BCN. Teníamos comprado un billete Almaty-Riga, Riga-BCN pero unas semanas antes del viaje cancelaron el primer vuelo y para sustituirlo la compañía, Air Baltic, nos ofreció la alternativa de Almaty-Kiev, 5 horas de espera en Kiev, Kiev-Riga, una tarde + noche en Riga (cortesía de la compañía) y vuelta a BCN.
Atención al super avión! No nos hizo mucha gracia... :)

Las montañas de Almaty











Y claro, con estas montañas tan cerca de una gran ciudad, y con la cantidad de nieve que hay allí, se ha aprovechado para hacer diferentes instalaciones deportivas, sobre todo de deportes de invierno. De hecho, allí se han celebrado los Juegos Asiáticos de Invierno 2011.
Se puede coger un funicular y llegar hasta las pistas fácilmente, como hicimos nosotros.
En la última foto Agne, nuestra compañera de viaje, con un señor kazajo que vino a hablar con nosotros.

Almaty















Almaty, capital del país hasta 1998, sigue siendo el alma de Kazajistán. Es aún la capital cultural y su número de habitantes, 1,5 millones, es el doble que el de Astana. Su nombre está relacionado con las manzanas (en kazajo), fruta endémica de la región.

A diferencia de Astana, Almaty está rodeada de montañas espectaculares y preciosas que pueden verse desde cualquier punto. Es una ciudad muy muy verde con mucho contacto con la naturaleza.

Como veis, es bastante colorida entre su naturaleza y su arquitectura.
Lo mejor de Almaty fue la compañía: Saltanat, una chica de Couch Surfing, nos hizo de guía (en español!!!) y nos presentó a otro Couch Surfer. Además, en el tren conocimos a un chico que nos presentó a otro amigo. Estamos todos juntos en la foto.

!!! Atención al nombre del aceite que consumen allí, de marca española: Macarena!!! Las aceitunas tienen el mismo nombre.

Más tren y más niños






Y para llegar a nuestro punto final desde Karaganda recorrimos aproximadamente 1000 Km en 20 horas de tren. El país es enorme. De hecho, Almaty está tan lejos de otras partes de Kazajistán como de India o Buthan. Al llegar a Almaty estábamos más cerca de China, Pakistán o Afganistán que de nuestra anterior parada, Astana.

Este fue, sin embargo, uno de los mejores trayectos. Se estableció entre los pasajeros del vagón, incluso de otros vagones, un vínculo muy especial y aun sin hablar el idioma nos comunicábamos a la perfección. Los niños, como podéis comprobar, fueron lo mejor. La abuela tenía que venir a sacarlos de nuestro compartimento. Todo empezó porque una de las niñas pasaba por delante del compartimento y nos saludaba. Después de 3 o 4 veces, el saludo vino acompañado de una galleta y un bombón, con un gesto de que era para los tres (en ese momento Ángel, Cadu y Cris), que compartiéramos. ¿Hay algo más valioso en un tren de 20h que comida? No, no lo hay, ya os lo decimos. Más tarde, cuando le habíamos regalado un llavero de BCN, volvió con su abuela para agradecérnoslo. Cris le dijo a la niña que llevaba una diadema muy bonita e inmediatamente, como un acto reflejo, se la quitó para regalársela. Hubo intentos de no aceptarla pero después de ver la cara de incredulidad de la babushka (abuela) por rechazar un regalo de una niña, no hubo más remedio que aceptarlo, y ahí está en la foto en la cabeza de Cris.

En una de las paradas cerca del lago Balkhash, donde pasamos al atardecer, vendían unos peces enormes secados coldando de unos ganchos. La gente los revisaba y elegía el mejor, luego se lo ponían en una bolsa de plástico y para el tren, a cenar. Sólo había un pequeño problema: olía fatal. Bueno, de hecho, hubo otro problema: después de comérselo (con las manos, por supuesto), a los niños les dio por venir a nuestro compartimento, tocarlo todo, abrazarnos y hacernos cosquillas... Jeje. Suerte que nuestra vecina de compartimento venía preparada y lo limpió todo :)

Ah! Casi se nos olvida. El primer vagón de este tren era un vagón-prisión, con rejas y todo. Al subir, sus pasajeros sacaban las manos por la ventana y nos miraban de una forma... Por supuesto fue motivo de bromas todo el camino.