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domingo, 10 de julho de 2011

Estación de Kazan



Estación de Kazan y de vuelta al Transiberiano, hacia la tercera parada. Como veis, el edificio de la estación es precioso.
Una vez más, nos fuimos de Kazan con la sensación de querer volver aunque, sinceramente, a tan remoto lugar no será fácil... Pero nos queda aún por ver un partido del Rubin de Kazan, equipo del que todo el mundo presume y cuya victoria contra el Barça en el Camp Nou el año pasado todo el mundo recuerda y menciona. Debido a los muchos partidos que han disputado los dos equipos, en Kazan sienten un gran afecto y admiración por el Barça.
Y además del Rubin de Kazan, nos falta por ver un espectáculo de la escuela de circo más importante de Rusia, lo que significa, una de las más importantes del mundo.
Eso y ver cómo acaba siendo el templo de todas las religiones :)

Ah, como veis la última foto es del vagón restaurante. Una vez conoces el cirílico no es difícil leerlo, pero identificar "PECTOPAH" con "RESTAURAN", que es como suena, no resulta tan transparente si no lo conoces...

Templo de todas las religiones





Y como prueba de la tolerancia religiosa de Rusia (o por lo menos de esta región), encontramos a las afueras de Kazan una obra como mínimo singular, si no un poco excéntrica. El artista Idar Khanov ha querido sincretizar elementos y representaciones de todas las religiones en un solo templo. Así, el templo es una iglesia, una mezquita, una pagoda, una sinagoga y también templo de otras religiones de civilizaciones ya desaparecidas.
El templo, que se ve desde el Transiberiano, sigue en construcción y no sabemos qué tamaño/extensión acabará teniendo. Solo sabemos que por dentro, por ahora, no se puede entrar y si se entra (como en nuestro caso) está todo en obras y no se ve nada.

El problema ahora es que pedimos un gran deseo en este templo y nos fue concedido. ¿A qué religión debemos convertirnos entonces?

Kazan

























Y saliendo de Moscú, Km.0 del Transiberiano, se llega a Kazan después de 825Km, una noche entera en el tren cruzando un paisaje verde verdísimo, que en invierno, según nos han dicho, es blanco blanquísimo(1m. de nieve).
Kazan es la capital de la República del Tartaristán, una de las regiones con mayor autonomía que, en algún período, ha luchado por su independencia y que, finalmente, ha quedado como una de las muchas repúblicas que conforman la Federación Rusa. Kazan, a orillas del Volga, es todavía una ciudad europea, si bien parece más asiática que Ekaterimburgo, que es la puerta de Asia. La religión de Tartaristán es el Islam y la lengua autóctona el tártaro, de la familia de lenguas túrquicas, como el kazajo (de hecho "gracias" se dice igual en ambas: "rahmed"). Sin embargo, la lengua ha quedado relegada a una "lengua de fogones" que mucha gente se avergüenza de hablar, en favor del omnipresente y poderoso ruso.
La presencia del Islam en perfecta sintonía con el cristianismo ortodoxo, católico e incluso protestante, así como la variedad de rostros de la gente, nos ha llevado a la conclusión que Rusia es un país muy muy heterogéneo tanto en diversidad religiosa como étnica.

Transiberiano



Bueno, y aquí acaba nuestra primera parada del viaje, Moscú, una ciudad a la que sin duda volveremos no una, sino (esperemos) varias veces.
Svetlana e Irina, después de llevarnos a merendar, enseñarnos un poco su ciudad, comprarnos comida soviética y regalarnos pequeñas matrioshkas, se fueron al teatro (actividad mucho más frecuente en Rusia que aquí) y saliendo vinieron corriendo a la estación para despedirse. Ellas, como si nada, estaban antes que nosotros, esperando allí en el andén. ¡Increíble! Tenemos que decir que cuando te vas de un lugar, no sientes lo mismo si en el andén hay alguien despidiéndote mientras que el tren avanza y la distancia lo va haciendo tan pequeñito que, al final, lo pierdes de vista. Cuando eso pasa, sientes que has dejado algo en ese lugar y que tienes que volver algún día. Algo tan simple como eso hizo que Moscú no sea un puntito más del mapa y que sigamos defendiendo esta filosofía Couch Surfing :)

Transiberiano: empieza la aventura: tren enorme que cruzará enooooormes estepas y tundras. Vagón de 2ª clase, es decir, compartimentos de 4 camas. Cuando entras te dan una bolsa sellada con sábanas limpias y una toalla. En el compartimento tienes el colchón que pones encima del sofá para dormir, una almohada y una manta. Es increíble lo que cabe en un espacio tan pequeño...Hay hasta escalera para subir a la litera superior.
Ya os iremos contando en otros posts, pero adelantamos, como era previsible, que el Transiberiano es una experiencia única. Si vas con amigos se convierte en un lugar de diversión, reflexiones y discusiones. Si te quedas algunas horas absorto, o vas solo, en un viaje de reencuentro personal. En ambos casos entras en contacto con la gente del país, que usa el tren para cuestiones laborales, personales o familiares y que, sin tener ningún idioma en común contigo, se hacen entender y te entienden.

sexta-feira, 1 de julho de 2011

C², A³ y las calles de Moscú









De nuevo, en la primera foto, con nuestros compañeros de viaje Ángel, "el GPS y fotógrafo de 360º oficial", Agus, "la calculadora humana" y Agne "traductora de ruso para sacarnos de apuros" ;)
Como podéis ver, la silueta de Moscú es bien variada. Desde edificios elegantes de la época zarista, hasta bloques de hormigón construidos durante la Unión Soviética, pasando por pequeñas iglesias ortodoxas que te encuentras escondidas a la vuelta de una esquina, como si nada, con esas preciosas y hechiceras cúpulas, dignas de cuento :)
En la penúltima foto, la Galería Pushkin, uno de los muchos museos que hay en la capital. Sin duda se merecen otro viaje (ya hemos mencionado las dimensiones de Moscú y la imposibilidad de conocerlo todo de una vez)...

La Plaza Roja y el Kremlin






















Esta es la famosa Plaza Roja, el lugar más emblemático de Moscú, si no de Rusia entera, y del comunismo mundial. La Plaza Roja, patrimonio de la humanidad por la UNESCO, tiene 23.100m², acorde con las dimensiones rusas :)

En la Plaza Roja se encuentra la Catedral de San Basilio, del siglo XVI, que es esta conocida y preciosa catedral ortodoxa con cúpulas que parecen de caramelo, dignas de un cuento de hadas. También, en el centro de la plaza se encuentra el Mausoleo de Lenin, donde yace como una figura de cera el cuerpo intacto de uno del héroe nacional. Dentro hay varios guardias que custodian el sepulcro, en el que no se puede ni hablar ni sacar fotos. Por supuesto la entrada es gratuita.
Delante mismo del Mausoleo, se encuentran las galerías GUM, unas de las más lujosas de Moscú, que por las noches iluminan como si fuera navidad todo el año. En fin, ironías del destino, o del capitalismo...

A pesar de lo que cree la gente, el nombre de la plaza no se debe al comunismo. Hay varias teorías. Una de ellas dice que es por el color del ladrillo que rodea la plaza, y la otra dice que proviene del nombre en ruso de la plaza "Красная" que ahora significa roja pero en ruso antiguo significaba bonita; "la Plaza bonita", donde se celebraban los mercados, ceremonias y proclamaciones. Actualmente se celebran muchos conciertos.

El Kremlin, por otro lado, es la fortificación que empieza a un lado de la plaza Roja y que se extiende por todo un pequeño parque donde se encuentra la residencia del presidente y unos jardines. Al contrario de lo que se cree, el Kremlin no es la Catedral de San Basilio, ni siquiera está en la Plaza Roja. Es toda la extensión que hay detrás de las murallas, con varios memoriales y monumentos.

Es interesante ver ambas cosas de día y volver a visitarlas de noche, con la iluminación tan de cuento que le dan. Asimismo, suponemos que debe ser interesante visitarlo en verano, con un sol de justicia, y en invierno, cubierto de nieve. Para empezar, mejor en verano...

Por cierto, en una de las fotos, acompañados por nuestros compañeros de viaje: Ángel, Agus y Agne; y dos encantadoras Couch Surfers, madre e hija (Irina y Svetlana) que nos llevaron a merendar a un restaurante soviético y luego a pasear por una tienda también soviética, donde nos compraron chocolate y una leche condensada muy típica de esas épocas... Eso además de regalarnos a cada uno una pequeña matrioshka-llavero. ¡¡¡Y eso siendo nosotros los visitantes!!!