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domingo, 17 de abril de 2011

Altea









Y desde Calp, cogiendo el mismo ferrocarril, se puede ir hasta Altea, un pueblito muy similar. Es como un anfiteatro erguido ante el mar, una atalaya del Mediterráneo que nos fascinó. Sus calles son muy pintorescas, llenas de rinconcitos preciosos, con talleres de artistas, tiendas de artesanía y cafés dignos de dibujar. Y arriba de todo, cuando ya uno pierde hasta el aliento, una iglesia preciosa con un mirador al lado. Realmente vale la pena. Nos encantaría volver en otra ocasión, sin duda.

Calp








Desde Alicante se puede coger un ferrocarril muy turístico hasta Calp. El viaje es agradable y precioso: el tren pasa muy cerca del mar y atravesando las montañas. Después de cada túnel viene un paisaje mejor que el anterior. Por el camino hay hasta una iglesia rusa ortodoxa... ¿qué hará allí en medio, delante del Mediterráneo, una iglesia rusa ortodoxa?
El pueblito es de pescadores con un puerto, una lonja, un paseo marítimo y unas calles pintorescas muuuuy empinadas.

Benidorm




Benidorm: a ver, cómo lo definiríamos... Bueno, la verdad es que no hace falta porque ¿quién no conoce Benidorm? Esos increíbles rascacielos a primera línea de mar, y a segunda y a tercera y en toda la ciudad, esos bares tan finos del paseo marítimo, esas tiendas tan chic y, sobre todo, ese turismo taaaan selecto es, básicamente lo que define Benidorm. Sinceramente, tienen lo que parece que quieren tener y, para qué negarlo, cumple perfectamente su función: los turistas se entretienen, se lo pasan de fábula, dejan dinero y vuelven al año siguiente. Toda la ciudad vive de eso, y sin eso.... bueno, no se sabe cómo sería sin eso porque no se puede volver atrás y ver cómo hubiera sido sin toda la especulación inmobiliaria y el turismo masivo.

Fin de semana primaveral en Alicante














Pues ya veis, otro fin de semana fuera. Alicante es una muy buena opción en primavera: hace buen tiempo, no hace demasiado calor y, lo más importante, aun no hay demasiados turistas. La ciudad es chula y muy agradable, se come genial y suuuuuper bien de precio, se pueden hacer compras (especialmente zapatos) y hay muchos pueblos bonitos alrededor para visitar.
Coincidimos con el Carnaval y había mucho ambientillo. Además, la gente nos pareció super maja. Ya veis en las fotos: el puerto, el paseo marítimo, el castillo, la rúa de Carnaval, el museo de los ninots indultados de las fallas (entrada gratuita!) y el Ayuntamiento.

sexta-feira, 1 de abril de 2011

Rafa, Maia e Igor en Barcelona








Como ya ha pasado varias veces y en la vida suele ser o todo o nada, vinieron a visitarnos diferentes amigos en el mismo fin de semana. Ya sabéis, nosotros somos de "todo" ;)
Bueno, en realidad no fueron amigos, fueron Igor, el primo de Cadu que vive en Irlanda, y Rafa y Maya, nuestros hermanos berlineses (los recordaréis de las fotos de Berlín, seguro!). Fue fantástico tenerlos en casa y pasear y reír todo el fin de semana. Pero mejor aún: coincidió con las fiestas de Santa Eulàlia, la copatrona de Barcelona, y pudieron ver toda una demostración de folclore catalán: desde castellers a correfocs, pasando por puntaires y sardanes.

Agora esperamos vocês de novo no verão pra curtir a praia!!!

ESPAI DOLÇ!!!!!!!!!!!!



Sí senyor!!! Això és el que ens fa falta en aquest país: GENT EMPRENEDORA!!!!!!!!! Ja veieu de què va, l'Isaac i la Glòria tenen un negoci i clar, com a bons amics hem de fer-los publicitat i predicar amb el exemple (excusa perfecte per sortir d'allà amb 3Kg de xuxes!).

Ara en sèrio, si voleu xuxes de debò, de les bones, de les tendres i gustoses i no aquell plàstic horrorós i enganxifós que venen a molts llocs, aneu a l'ESPAI DOLÇ. Està al barri d'Horta sortint del metro per Pl. Eivissa, al carrer principal, davant de la Biblioteca de Can Mariner (no aconsegueixo entendre per què una biblioteca a Horta, possiblement el lloc més llunyà del mar de Barcelona, es diu així). També hi podreu trobar articles de regal.

Ja sabeu ;)

Pamplona














Después de oír todos los años "¡Pamploneses, pamplonesas, viva San Fermín, gora San Fermín!" y haber recorrido medio mundo, nos picó la curiosidad por Navarra, así que cogimos un tren, un fin de semana largo, y para allá que nos fuimos. El viaje es largo pero interesante: primero verde y montañoso, luego árido y llano, después árido y montañoso y por último, entras de nuevo en un verde que cada vez se vuelve más intenso y que, siguiendo en línea recta, no acabaría hasta llegar a Finisterre.
En Pamplona descubrimos lo crudo que puede llegar a ser el invierno en España, a pesar de la imagen tropical de media Europa, y sin embargo, lo curtidos que están para soportarlo, pues en la calle, sobre todo por la noche cuando más frío hace, el ritmo no disminuye.
Como pasa en muchas partes de España, preferimos la noche al día: pintxos, calles llenas de gente, música en la calle, alegría...
Durante el día nos dedicamos a visitar la ciudad, a seguir el recorrido de los encierros y del río y relajarnos paseando por el parque del castillo.