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sábado, 30 de outubro de 2010

Gernika - Lumo

















Gernika-Lumo, también en Bizcaia, fue una importante ciudad de fueros de la provincia a la que acudían personalidades y nobles a jurar o a pactar algún acuerdo bajo el Árbol de Gernika, actualmente todo un símbolo de libertad del País Vasco. El original es del s.XIV y cuando se murió plantaron el Árbol Viejo, del que actualmente se conserva su tronco (penúltima foto). El árbol siempre se planta delante del panteón (última foto) y aún hoy en día cuando vienen los reyes o jefes de gobierno se reúnen allí.
En la casa de los fueros destaca la vidriera del techo, con un gran árbol rodeado de pequeños escudos que representan cada uno de los municipios de Bizcaia (antepenúltima foto).
Pero si por algo se conoce, desgraciadamente, Gernika es por el trágico bombardeo de la Legión Cóndor, aviación alemana, el 26 de abril de 1937, mandados por Franco. La ciudad quedó completamente destruida. Hoy se puede ver en un mapa los únicos edificios que quedaron en pie, que son, apenas unos pocos. Según cuenta el Museo de la Paz (primera foto), Gernika nunca volvió a ser la misma.
Sin embargo, si no fuera por Pablo Picasso, hoy mucha gente no conocería este episodio de la historia. Lo pintó para la Exposición Internacional de París ese mismo año. Se dice que en 1940, con París ocupada por los nazis, un oficial alemán, ante la foto de una reproducción del Guernika, le preguntó a Picasso: "¿usted ha hecho esto?" y el pintor respondió: "No, han sido ustedes". El cuadro original, que ahora está en el Reina Sofía (si queréis verlo pinchad en la etiqueta de Madrid), no volvió de NY hasta que Franco murió, por deseo expreso de su autor. En Gernika hay una cerámica del mismo tamaño en plena calle, para que todo el mundo pueda verla.

Volviendo a nuestro viaje: fue fantástico conocer Gernika porque, además del interés que ya tiene en sí la ciudad, coincidimos con el día de las fiestas vascas (Euskal Jaia). Todo el mundo iba con el vestido tradicional o con pañuelos, y la gente cantaba a todas horas por la calle (como profesionales, además). Se celebraban concursos de deportes tradicionales vascos y comidas colectivas. Había hasta gigantes. Y además, todo el mundo, absolutamente todo el mundo hablaba en euskera. Fuimos muy bien tratados! Sorprendentemente la gente sabía alguna que otra palabra en catalán para decirnos.

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