Y saliendo de Moscú, Km.0 del Transiberiano, se llega a Kazan después de 825Km, una noche entera en el tren cruzando un paisaje verde verdísimo, que en invierno, según nos han dicho, es blanco blanquísimo(1m. de nieve).
Kazan es la capital de la República del Tartaristán, una de las regiones con mayor autonomía que, en algún período, ha luchado por su independencia y que, finalmente, ha quedado como una de las muchas repúblicas que conforman la Federación Rusa. Kazan, a orillas del Volga, es todavía una ciudad europea, si bien parece más asiática que Ekaterimburgo, que es la puerta de Asia. La religión de Tartaristán es el Islam y la lengua autóctona el tártaro, de la familia de lenguas túrquicas, como el kazajo (de hecho "gracias" se dice igual en ambas: "rahmed"). Sin embargo, la lengua ha quedado relegada a una "lengua de fogones" que mucha gente se avergüenza de hablar, en favor del omnipresente y poderoso ruso.
La presencia del Islam en perfecta sintonía con el cristianismo ortodoxo, católico e incluso protestante, así como la variedad de rostros de la gente, nos ha llevado a la conclusión que Rusia es un país muy muy heterogéneo tanto en diversidad religiosa como étnica.
La presencia del Islam en perfecta sintonía con el cristianismo ortodoxo, católico e incluso protestante, así como la variedad de rostros de la gente, nos ha llevado a la conclusión que Rusia es un país muy muy heterogéneo tanto en diversidad religiosa como étnica.
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