Primera parada: Paraty, ciudad colonial del rincón más meridional de la Costa Verde (última del estado de Rio). Adoquines desiguales en el suelo, casitas blancas con puertas y ventanas de colores vivos: rojo, amarillo, verde y, sobre todo, azul. Playa al fondo con barquitos flotando. En primera línea de mar, iglesias coloniales. Mucho ambiente de noche porque durante el día el calor es casi inaguantable, entre otras cosas porque hay poca sombra. Ciudad animada, gay-friendly, agradable, con muchos extranjeros y, en definitiva, muy recomendable.
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