A principios de esta semana nos dejamos perder en esta isla, poco turística y medio abandonada, muy pequeña (8 Km. de largo y de ancho seguro que no llegaba a 1 Km.). Cuando se hizo de noche, por degracia, tuvimos la desagradable sorpresa de descubrir que no había alumbrado público en la isla, que, por otro lado parecía que tenía techo de tantos árboles, por lo que ni la luz de la luna podía ayudar. intentamos pasear, pero parecíamos dos tontos jugando a la gallinita ciega y cada vez que oíamos un ruido cadu tenía que gritar "tem gente vindo!" para que no chocasen con nosotros. En ese momento nos acordamos del móvil (que sería de nuestra vida sin él!!!!!) y lo usamos para, como mínimo, poder ver el suelo que pisábamos (ah, porque claro, la cantidad de bichos que había os lo podéis imaginar...), hasta que (como siempre cuando más la necesitas, la tecnología falla) el móvil hizo "pi-pi" = batería baja. Desistimos y volvimos a la cabaña, por suerte porque cuando entramos empezó a caer un chaparrón increíble........al día siguiente recorrimos toda la isla.
quinta-feira, 15 de março de 2007
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