Y puesto que Colonia está al lado de Buenos Aires, aprovechamos para ir de allí directamente a la capital en ferry.
A estas alturas del viaje nos hemos parado a reflexionar en la increíble suerte que tenemos. Yo, principalmente, estoy fascinada con la hospitalidad latino-americana. Sí, es verdad que los españoles también lo somos, pero en este continente van un paso más allá de la hospitalidad, amabilidad y simpatía a las que nosotros estamos habituados. Creo que sólo se puede entender viviéndolo. En Uruguay, por ejemplo, hemos tenido, una vez más, la suerte de ser hospedados por una familia maravillosa que nos ha ayudado a completar nuestra imagen del país y no quedarnos sólo con la visión limitada del turista, a parte de habernos tratado a cuerpo de rey. ¡Gracias chicos!
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