Antes de llegar a Mónaco hay un pueblito en el que merece la pena parar: Eze. Está a lo alto de una colina de cara al mar, rodeado de verde. Es todo de piedra: casas, hermitas, arcos, caminos... Como es una parada turística, tiene muchísimas tiendas de artesanía de la zona y souvenirs. Una paradita de una hora es suficiente para verlo todo. Realmente recomendable si vais a Mónaco.
De Nice a Montecarlo, por la carretera de la costa, hay este paisaje. Muy muy similar a la Costa Brava. En fin, Mediterráneo.
Gracias a una amiga brasileña de Cadu que vive en Cannes, Zenaide, y sobre todo a Charlotte (la niña de las fotos), Cannes fue super especial. Ver una ciudad extranjera a través de los ojos de una niña que ha nacido allí es toda una experiencia... Su heladería favorita (decorada al estilo de "regreso al futuro"), su playa favorita, el teatro donde se presenta el festival de cine, el lujoso hotel Carlton donde varias veces ha visto a sus ídolos... Y todo esto en francés!
Otra vez Semana Santa y a Francia. Es el plan más asequible y razonable para unos pocos días en los que todo el mundo intenta irse de su ciudad y todo es más caro, por no mencionar el peligro de que los señores controladores decidan reivindicar no sé qué derechos en esos días. Francia: tres-cuatro horitas de viaje y llegamos a Montpellier. De verdad, qué rabia da Francia... por más centralistas que sean, cualquier ciudad, ya sea pequeña, grande, es preciosa :) Vimos cómo el Barça perdía la Copa del Rey en la prórroga en una plaza en la que todo el mundo parecía ser blaugrana. Como en casa...
Primero fue una plaza de toros, luego un circo y ahora un centro comercial. El lugar puede gustar más o menos (fuimos con un profesional de la arquitectura que cree que algunas cuestiones no están bien resueltas), pero el cambio de función vale la pena!