Andorra es uno de esos lugares al que uno no se cansa nunca de ir. ¿Cuántas veces en nuestra vida habremos ido a Andorra los catalanes? 500, da igual, son pocas y cualquier excusa es buena para volver al año siguiente o en invierno para esquiar o tocar la nieve, o en verano para pasear, o para comprar tabaco, alcohol, y demás cosas exóticas que se pueden encontrar en el Punt de Trobada. Además, nos hemos dado cuenta de que esto, que es casi un ritual para cualquier catalán, resulta algo ajeno al resto de españoles. Es gracioso comprobar como cualquier catalán alza el tono de su voz y las cejas con la máxima expresión de sorpresa cuando alguien le dice "nunca he estado en Andorra". :)
Es un lugar al que, por más veces que vayamos, no nos cansaremos nunca de ir. 
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