Monastiraki, muy cerca de Omonia, también en el centro de Atenas, es la zona de restaurantes y ocio nocturno. Yace al pie del Acrópolis, que de noche se puede admirar iluminado desde cualquier terracita, porque los griegos no renuncian a su terraza ni en diciembre. Todo sea dicho: la temperatura acompaña. Este ritual por las noches se anima, los fines de semana, con una cachimba compartida entre amigos y con alguna canción que, improvisadamente, se entona al unísono acompañada solo por palmas, un laúd y mucha alegría. Sí, a los griegos les gusta cantar y bailar, y hacer jarana. Eso y comer bien, porque... ¡qué comida!
quarta-feira, 11 de janeiro de 2012
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