Es inevitable oír comentarios como "son solo un montón de piedras". Puedes llegar a contemplarlo así, pero a medida que te acercas al cerro sobre el que se alza el Acrópolis, te va invadiendo la sensación de que vas a ser una especie de testigo anacrónico de los fundadores de nuestra civilización. Pensar que sobre esas piedras, junto a estas columnas, bajo estos frontones se ha planteado y creado el concepto de democracia, se han inventado teorías matemáticas, o ha nacido la filosofía es, cuanto menos, emocionantísimo. Dejarse llevar por la historia que transmiten "las piedras" no es cuestión de imaginación, es cuestión de sensibilidad histórica, cultural y humana.
quarta-feira, 18 de janeiro de 2012
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