Ya de camino hacia abajo, paramos en Angoulême, una ciudad pequeñita pero muy bonita. Lo más importante de la ciudad es su catedral románica del s.XII (!!!) que de nuevo nos recordó ese estilo liliputiense tan raro y curioso. Por sus calles se pueden encontrar referentes del comic francófono (Lucky Luke, Asterix y Obelix o Tintin son algunos ejemplos más míticos).
A pesar de no tener muchas expectativas sobre Futuroscope, nos llevamos una sorpresa muy positiva. Lo imaginábamos menos interesante y resultó gustarnos mucho. Aun lloviendo, aprovechamos al máximo el parque y subimos en casi todas las atracciones. Los simuladores de 4 dimensiones nos encantaron. La sala de máquinas, además, era gratuita ese día y nos viciamos bastante.
Y aunque Poitiers sea conocida internacionalmente por Futuroscope, el pueblo también tiene su encanto. Una catedral gótica y otra, la principal, que parece imitar el estilo liliputiense... bien curiosa. Un estilo que no habíamos visto nunca.
Ante estas imágenes y sabiendo que se trata de Francia, ¿qué más se puede decir? Es todo tan francés... tan majestuoso, tan pulcro, tan triunfal, tan napoleónico,tan todo! El cielo gris también es bien del norte. Bordeaux es una ciudad que no conocíamos y que sin embargo no queda muy lejos de BCN y vale la pena visitar.
Aprovechando las vacaciones santas, cogimos el coche con Gloria e Isaac y emprendimos nuestro camino rumbo al norte, con destino Poitiers, parando donde se nos antojase.