Puesto que Timişoara está al oeste de Rumanía, muy cerca de varias fronteras, pensamos que sería interesante visitar otros lugares que volando directamente desde Barcelona serían muy caros. La opción más fácil era Belgrado, la capital serbia. Está a tan solo tres horas de Timişoara y es un lugar interesante no sólo históricamente, sino también en la actualidad.
Belgrado (Београд para ellos) es una ciudad de 1.670.000 habitantes (un cuarto de la población serbia) y de una extensión enorme (más de tres veces mayor que Barcelona). A medida que uno se aleja del centro va viendo más edificios y una silueta cada vez más urbana. Nuevo Belgrado, por ejemplo, es una zona residencial enorme construida después de la guerra.
Estas fotos son del centro de la capital, las zonas peatonales y comerciales más importantes. Adivinad qué encontramos en medio de la calle principal.... sí, el Instituto Cervantes, omnipresente, el mejor ubicado en todas las ciudades (qué pena que no se gasten la misma proporción de dinero en sus empleados) ... es ya casi un fetiche de nuestros viajes; aunque no lo busquemos, aparece.
Por cierto, Serbia ha representado el mito de la Torre de Babel a la perfección y ha sido un gran desafío para nosotros. Nuestro mapa de la ciudad estaba en alfabeto latino y, aunque la mayoría de comercios están en ambos alfabetos, los nombres de las calles sólo están en cirílico. Dios, qué lío para ubicarnos!! Suerte que se parece al griego y rescaté de mi memoria aquellas clases que hasta ahora de poco más que de diversión me sirvieron. Suerte también, que hace un mes una chica ucraniana en un avión nos enseñó el alfabeto ruso. Prestad siempre atención que uno no sabe cuándo va a necesitar esos conocimientos!! (la palabra que se repite tanto en la foto es "Pita" = pan ; ya no os morís de hambre en Serbia!). La verdad es que la gente es muy atenciosa y amable (no como en otros lugares de Europa, ehem) y hablan en general bastante bien inglés.
Belgrado (Београд para ellos) es una ciudad de 1.670.000 habitantes (un cuarto de la población serbia) y de una extensión enorme (más de tres veces mayor que Barcelona). A medida que uno se aleja del centro va viendo más edificios y una silueta cada vez más urbana. Nuevo Belgrado, por ejemplo, es una zona residencial enorme construida después de la guerra.
Estas fotos son del centro de la capital, las zonas peatonales y comerciales más importantes. Adivinad qué encontramos en medio de la calle principal.... sí, el Instituto Cervantes, omnipresente, el mejor ubicado en todas las ciudades (qué pena que no se gasten la misma proporción de dinero en sus empleados) ... es ya casi un fetiche de nuestros viajes; aunque no lo busquemos, aparece.
Por cierto, Serbia ha representado el mito de la Torre de Babel a la perfección y ha sido un gran desafío para nosotros. Nuestro mapa de la ciudad estaba en alfabeto latino y, aunque la mayoría de comercios están en ambos alfabetos, los nombres de las calles sólo están en cirílico. Dios, qué lío para ubicarnos!! Suerte que se parece al griego y rescaté de mi memoria aquellas clases que hasta ahora de poco más que de diversión me sirvieron. Suerte también, que hace un mes una chica ucraniana en un avión nos enseñó el alfabeto ruso. Prestad siempre atención que uno no sabe cuándo va a necesitar esos conocimientos!! (la palabra que se repite tanto en la foto es "Pita" = pan ; ya no os morís de hambre en Serbia!). La verdad es que la gente es muy atenciosa y amable (no como en otros lugares de Europa, ehem) y hablan en general bastante bien inglés.
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