Una vez más, fue gracias a la gente que sentimos la esencia del lugar. Una vez más, también, fue posible gracias a Couch Surfing y a nuestros maravillosos anfitriones. Souad, la chica que está a nuestro lado, ya estuvo en nuestra casa hace un mes (podéis verla en las fotos de las fiestas de Gracia). Quizá porque ya nos conocíamos fue mejor aún: para empezar nos esperó en el aeropuerto con su coche, y eso a la 1.30 de la madrugada!!!! Nos hizo sentir como en nuestra casa y encima preparó una cena especial con sus amigas para sentir el espíritu marroquí. Tanto ella como su novio son encantadores y les damos las gracias, puesto que sin ellos no hubiera sido lo mismo.
La cena, por cierto, ni se compara a los simples platos de pasta que le preparamos nosotros.
Después de cenar, tuvimos la oportunidad de descubrir otra cara de Marruecos: la noche. Salimos alrededor de media noche hacia un club de Jazz cerca del centro y del puerto, que se llama "Jazz sous la Rocher". Tocaron una música estupenda en vivo y nos prepararon unas caipirinhas deliciosas.
Por cierto, cerca de la casa de Souad, había una mezquita. En Marruecos los minaretes de las mezquitas tienen altavoces para llamar a la pregaria, lo que provoca una sensación muy especial y te recuerda dónde estás. Lo que no sabía porque no oí en Fez, es que la primera pregaria es a las cinco de la mañana, así que estando en pleno sueño dimos un bote cuando oímos los cantos y las llamadas porque el templo estaba a un par de calles. La segunda noche ya casi lo habíamos incorporado a nuestros sueños.
La cena, por cierto, ni se compara a los simples platos de pasta que le preparamos nosotros.
Después de cenar, tuvimos la oportunidad de descubrir otra cara de Marruecos: la noche. Salimos alrededor de media noche hacia un club de Jazz cerca del centro y del puerto, que se llama "Jazz sous la Rocher". Tocaron una música estupenda en vivo y nos prepararon unas caipirinhas deliciosas.
Por cierto, cerca de la casa de Souad, había una mezquita. En Marruecos los minaretes de las mezquitas tienen altavoces para llamar a la pregaria, lo que provoca una sensación muy especial y te recuerda dónde estás. Lo que no sabía porque no oí en Fez, es que la primera pregaria es a las cinco de la mañana, así que estando en pleno sueño dimos un bote cuando oímos los cantos y las llamadas porque el templo estaba a un par de calles. La segunda noche ya casi lo habíamos incorporado a nuestros sueños.
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