Uno de los momentos que más marcó nuestra visita al Pan fue que, por coincidencia, se celebraba allí uno de los encuentros internacionales de harpa, uno de mis instrumentos favoritos. Escuchar esa música celestial allá arriba en las alturas, al aire libre, con esas vistas y con la frescor del atardecer fue un auténtico placer.
quinta-feira, 10 de maio de 2007
Assinar:
Postar comentários (Atom)
Nenhum comentário:
Postar um comentário