Un quiosco de helados en la Plaza San Telmo (para darle más encanto al escenario ya de por sí embelesador):
El Pueblo Canario (complejo de edificios artísticos representativos de Canarias):
Gran Casino de Canarias, con los balcones típicos de la arquitectura canaria:
Una estatua guanche en el parque Doramas:
Otra estatua guanche en la Plaza España, uno de los puntos principales de la ciudad:
Como veis en la primera foto, en marzo aún quedaban en Las Palmas algunos rastros del Carnaval. Nos quedamos impactados a primera vista por el verdor y la vegetación de la isla, y más tarde, cuando nos adentramos en la capital, descubrimos que, efectivamente, estábamos en un lugar muy diferente a todo lo que habíamos visto en la península. El clima, la vegetación, la gente y la arquitectura nos transportaron al escenario de la sublime Colombia de cualquier obra de García Márquez y varias veces hubiéramos dicho que estábamos en Latinoamérica de no saber dónde nos encontrábamos realmente.